Por fin puedo llegar a casa, dejo mis cosas, me saco la
campera, mi camisa, me desato el pañuelo de mi garganta, y voy a mi habitación…
Hoy… Hoy no fue un gran día…
Cuando entro en mi habitación lo primero que noto es que
esta oscura, ¿será porque siente lo mismo que yo? O ¿Por qué está conectada a mí?
Es raro, aun no lo sé.
Automáticamente sale
de la pared mi cama, me recuesto en ella, agarro mi FS 004 (Fortia Spatium 004)
y me transporto a otra realidad paralela.
Este prototipo lo invente un día en clases de ciencias y
física, estaba imaginándome un mundo diferente y una vida más bonita de la que
estaba viviendo, después de jugar un rato con fórmulas y hurgando en la vieja
biblioteca de libros de ciencias logre crear este dispositivo. Era la primera
vez que funcionaba, creo que no morí en un limbo de espacio mientras viajaba
las anteriores 3 veces porque una fuerza extraña me protegió.
Iba a ser mi primera vez viajando en el espacio y tiempo a
velocidad de años luz. Quería llegar a otra galaxia, a otro planeta, quería
investigar, conocer y tener mi propio mundo donde yo sería la que era feliz.
Este experimento consta de viajar por agujeros de gusano,
esto consiste en que la materia del espacio y tiempo pueda viajar por una sola
garganta conectada a dos extremos en dos universos paralelos.
Me recuesto en mi cama, me coloco el prototipo FS 004 y
cierro los ojos, para cuando los abro estoy en mi habitación, vestida de la
misma manera. Abro la puerta de mi habitación, que en realidad no es mi
habitación pero por dentro si, y salgo afuera. Ahí me encuentro en otro mundo,
pienso ‘’Lo logre’’ y una lagrima recorre mi mejilla porque algo había hecho en
mi vida, había logrado viajar en el tiempo y espacio, pero claro aún tenía que
ver que ocurría en ese mundo, principalmente saber si era un mundo.
Salgo de mi habitación por completo, llena de miedo, porque
no sabía que iba a encontrarme afuera, igual mucho no me importaba lo que me
llegaría a pasar, lo que no quería era volver a mi verdadero planeta.
Vi que era una ciudad común y corriente, no había nada
extraño, había gente que pasaba caminando, lo único extraño era que allí estaba
soleado, no había nubes y los colores eran más vivos que nunca, muy contrario a
mi casa. Yo era la única que vestía de colores oscuros, negros, rojos, y más
negros. Mi pelo corto se movía al compás de la brisa y yo no entendía que
estaba ocurriendo.
Logre encontrar dinero tirado en mi habitación, así que me dirigí
a una cafetería, ahí un mesero me atendió, cuando salí de ahí me tropecé con un
chico, terminando yo en el piso. El chico me miro, me sonrió avergonzado y me
pidió disculpas, se las acepte y preferí no mirarle a los ojos, lograba ponerme
roja con tan solo mirarme. El chico insistió acompañarme a mi casa, que por
dentro era solo una habitación, era
tarde así que lo acepte. Al dejarme en la puerta me dijo ‘’Mañana te pasare a
buscar a las 17:00’’, acepte pero con miedo. No lo conocía, pero sabía cuidarme
aunque mi seguridad no me importaba mucho.
Volví a mi habitación, me recosté, las luces eran de colores
tenues, era raro como me sentía, tenía mis sentimientos y emociones, también
pensamientos mezclados, la causante era el viaje de un minuto que equivalían a
millones de años luz. No quería irme, la vida en este planeta era más bonita.
Dicho planeta era igual al planeta Tierra, estaba
evolucionando básicamente de la misma manera pero para bien, este no había
tenido una guerra nuclear, por eso tan hermoso paisaje incluso en una ciudad.
La gente solía ser amable, solidaria y humilde, muy distinto a mi planeta donde
la gente se guiaba por la tentación de los pecados capitales, mi planeta había
sufrido una guerra nuclear lo que ocasionó un efecto invernadero en la mitad
del planeta y la extinción de muchas especies.
Al otro día me desperté con el golpeteo de unos dedos en la
puerta de mi habitación, la abrí lentamente con miedo, y allí estaba, era el
chico de la noche anterior, no sabía el nombre ni siquiera. Era alto, de ojos
marrones oscuros, pelo negro cortó y parado con apenas un poco de gel, usaba
una camiseta blanca y pantalones negros y llevaba un morral de jean. Me sorprendió
porque el destacaba entre todos, era distinto, él tenía esa pizca de diferencia
entre todas las personas, ¿él era libre quizá?
Lo deje entrar, y no me dejo hablar, directamente me
dijo:-Mi nombre es Lucius, soy hijo de un científico muy reconocido de la
ciudad. Estuve anoche viendo las lecturas magnéticas de dicha ciudad y apareció
esta dirección como la atracción más poderosa. Tú no eres de acá ¿Verdad? Mira
puedes serme sincera, puedes confiar en mi.- Me quede boquiabierta, no podía
creerlo, tenía miedo pero le conté lo del prototipo y lo de mi viaje. Le había
dicho que no me importaba más nada en mi planeta, La Tierra, y que al lugar
donde llegara iba a ser feliz porque iba a ser mejor que la Tierra. El me sonrió
amablemente y me dijo que estaba bien.
Me propuso armar otro FS 004 para que el pudiera viajar
conmigo a la Tierra. Estuvimos meses consiguiendo todo, y armándolo. Pasamos
mucho tiempo juntos, demasiado para serles sincera, lo cual hizo que sintiera
una atracción hacia él, pero me daba vergüenza decírselo así que preferí
callarme y no decirle nada, mi vida en ese planeta, ‘’Terranova’’, se había
construido nuevamente, desde cero, con amigos nuevos y cosas nuevas. Por fin ya
lo teníamos armado, y por fin íbamos a poder viajar.
Entre a mi habitación después de aproximadamente 7 meses,
ella estaba apagada, me sorprendió pero yo fui ahí por un propósito y era mi
viaje a la Tierra otra vez…
Lucius me ayudo a sacar la cama de la pared, nos acostamos
los dos y nos colocamos el FS 004, nos tomamos de las manos y cerramos los
ojos, en cuestión de un minuto habíamos viajado a mi habitación otra vez. Aun
apagada, nos levantamos con miedo, abrí la puerta, y me di cuenta que la ciudad
ya no existía, solo se podía ver el resto de las casas, cenizas y brazas casi
extinguiéndose. Fue el único momento donde mi corazón se apretujo y dentro de
mi estómago se hizo un dolor fuerte, tan fuerte que no pude evitar contener un
grito de angustia. Mis lágrimas brotaron de mis ojos y me di cuenta que el
cable que conectaba a mi habitación estaba apagado, quizá había muerto. Pues así
era, la niña del planeta Tierra había muerto, se había convertido en una mujer
en Terranova, se había convertido en otra persona, más buena… más viva. Conecte
la habitación, era como si tuviera vida para mí, las luces muy lentamente se
encendieron, eran de un color rosa claro como las rosas en primavera, y de las
paredes brotaron gotas de agua, ¿Acaso estaba feliz por mí? Pues esa fue la última
vez que logre reflejarme como una niña feliz en el planeta Tierra.
Me acosté en mi cama, Lucius aun al lado mío, me coloque el
prototipo y con mis ojos llorosos me despedí de mi vida anterior, que aunque no
fuese buena, la echaba de menos. Despedí a mi habitación como si fuese una
persona, era mi pequeño gran mundo de aventuras. Cerré los ojos y volví a
viajar en un minuto mil años luz, volviendo a Terranova para comenzar mi nueva
aventura…