viernes, 13 de julio de 2018

Germinius - Parte 2

Llegamos a dicha casa, yo me acerque al porto para simplemente investigar, y Liz estaba mirando el buzón que tenia correspondencia dentro, ella abrió el buzón y dentro había otro sobre para ella.

Liz se acerco a mi, y logramos visualizar que el portón podría llegar a estar abierto, así que comenzamos a empujar fuertemente ya que este estaba medio caído y se raspaba con el piso. Cuando logramos entrar al terreno, caminamos por un pasillo enorme de arboles, era hermoso y bastante mágico para ser realista. Llegamos al frente de la casa y era bastante antigua, la puerta estaba entornada, así que entre yo primero preguntando y rogando que no haya nadie.

Al entrar esta tenia la mayor cantidad de muebles tapados con sabanas blancas, extrañamente en buen estado, era como si hubiese un aura de cuidado y paz total de la puerta para adentro.

Ella sabia que algo ocurría, que estaba conectada de alguna forma a todo esto; Estuvimos un buen rato en la casa investigando, observando, hasta que entramos a una habitación la cual parecía arreglada para una bebe, encaje, rosa y cosas cursis habidas y por haber. Ella tomo la carta que había dentro del buzón y sintió que debía leerla; Allí explicaba que su madre biológica había fallecido para salvarla de una oscuridad tremenda y que había cometido un error ya que cuando Liz cumpliera 18 años, un mar de catástrofes arrasaría con lo que hoy llamaríamos Planeta Tierra, en la carta también nombraba que en el mismo cuarto en el que nos encontrábamos, en la cuna había colgado una cadenita que le pertenecía a ella y que solo ella iba a poder tocar y cuando pasase eso iba a poder activar.

Nos dirigimos a la cuna y luego de que agarrase la cadenita lo único que puedo recordar es una luz blanca iluminando su cara y una especie de explosión que hizo que ambos voláramos directo al piso haciendo que nos desmayásemos enseguida, luego sin saber como estaba acostado en mi cama como si nada hubiese pasado.

Días mas tarde hablando sobre lo ocurrido ella tenia su cadenita puesta y comenzamos a reconsiderar la posibilidad extrema de la existencia de dicha magia así que esa tarde le dije que si era lo que eso quería, iríamos de nuevo a la casa y veríamos que era lo que estaba ocurriendo.

Cuando llegamos a la casa, por fuera seguía todo normal es por eso que nos adentramos sin problema alguno y sin miedo, pero cuando entramos notamos que solo por dentro estaba destruida, quemada y lo único que se lograba visualizar en perfecto estado era la puerta que llevaba al sótano.

Ella me miro y tan solo su mirada me condujo a llevarla para ver que ocurría ahí. Bajamos y vimos que la pared del fondo, la mas grande, conformada por ladrillos rojos y desgastados, salía una luz brillante de color blanco. Liz simplemente se acerco a la pared y comenzó a romperla, a sacar ladrillo a ladrillo, por supuesto yo la ayude; Ella sin miedo y yo un poco temeroso, logramos sacarlos todos y mientras una neblina y una luz blanca nos rodeaba y llenaba el cuarto oscuro de luz.

Por primera vez podía verla con miedo en los ojos así que tome su mano para hacerle sentir que ahí estaba con ella y que no estaba sola, cerramos los ojos fuertemente y al abrirlos estábamos en un castillo en ruinas, era sin dudas algo mágico, increíble y que jamas hubiésemos conocido ni en sueños.

Liz me miro y tenia su nariz ensangrentada, así que me acerque, se la limpie lentamente y cuando levantamos la vista vimos que una señora con un vestido azul y lleno de destellos se nos acercaba.

Con una voz dulce esta señora nos dijo que contaba la profecía que una niña de nombre Liz debería enfrentar sus peores demonios para poder realizar su misión, salvar a La Tierra y junto a ella se podía divisar un muchacho que la acompañaba en sus aventuras y la protegía con mucho valor y amor. Liz entendió que ese era su destino y que debía aceptarlo de una vez por todas. La señora se acerco a nosotros, acaricio la mejilla de Liz y se sonrieron cálidamente, luego se acerco a mi y sonriéndome con aire de apoyo me dijo que la protegiera con el arma mas fuerte que un ser vivo puede tener, el amor; Ella se acerco a mi frente y me dio u beso suave y maternal. Mientras esta señora misteriosa se alejaba a lo lejos, Liz me miro y convencida decidió emprender a un destino que no conocíamos ni en los mejores cuentos épicos y de fantasía.

Cuando llegamos al salón mas grande del castillo y allí, en ruinas, se divisaban cuatro pilares de cuarzo azulados, alrededor de ellos se podía notar un aura casi transparente que emanaba calor. Ella por primera vez tenia miedo, sin embargo tomo valor. Faltaba un día ara que ella cumpliera 18 años y, básicamente, que si todo esto era real, el Planeta Tierra desaparezca.

La mire atentamente y note su ceño fruncido, preocupación era lo que sentía, así que la tome de la mano y la lleve hasta el primer pilar…

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